Nacido el 31 de julio de 1978 en Bogotá, Colombia, es un abogado. Está casado con Ana Lucía Pineda, con quien ha construido una relación de más de una década. Juntos tienen cuatro hijos: Lucía, Salvador, Filippo y Francesca. Defensor de posturas conservadoras.
Análisis psicológico del comportamiento durante la infancia del sujeto en cuestión
Conducta cruel y sádica en la infancia: El maltrato animal en niños es un signo muy relevante en psicología clínica y forense, pues es considerado uno de los indicadores tempranos del trastorno de conducta o trastornos de la personalidad en desarrollo. Causas posibles incluyen:
Falta de empatía o desarrollo deficiente de la misma.
Impulsividad, dificultad para controlar la agresividad.
Necesidad de dominio o poder, expresado en un daño gratuito.
Posible historia de abuso o negligencia en el entorno familiar.
Psicopatía infantil: La psicopatía es un constructo clínico que incluye falta de remordimiento, manipulación, insensibilidad y comportamiento antisocial. La crueldad animal es un signo clásico asociado con rasgos psicopáticos. Sin embargo, no todos los niños que maltratan animales desarrollan psicopatía; es una señal de alarma.
Potencial para conducta antisocial futura: Ese tipo de conductas tempranas está ligado a mayores probabilidades de conductas delictivas, violación de normas sociales y manipulación.
2. Análisis psiquiátrico
Trastorno de conducta: En la infancia y adolescencia, la conducta cruel y agresiva hacia animales es uno de los criterios diagnósticos del trastorno de conducta, que puede preceder a trastornos antisociales en la adultez.
Posible comorbilidad con trastornos neuropsiquiátricos:
TDAH (déficit de atención e hiperactividad), que puede contribuir a impulsividad y mala regulación emocional.
Trastornos de personalidad (en adultos), sobre todo el trastorno de personalidad antisocial o narcisista.
Falta de tratamiento y contención: Sin intervenciones psicológicas o psiquiátricas oportunas, estos niños pueden consolidar patrones dañinos.
3. Análisis neurofisiológico y físico
Alteraciones en el desarrollo cerebral:
Áreas relacionadas con la empatía, como la corteza prefrontal y la amígdala, pueden estar alteradas en personas con conductas psicopáticas o antisociales.
Disfunción en circuitos neurobiológicos que regulan la emoción, el control de impulsos y la moralidad.
Factores genéticos y epigenéticos:
Algunos estudios sugieren predisposición genética a rasgos agresivos o impulsivos.
Influencias ambientales (como trauma, abuso o negligencia) pueden modificar la expresión genética.
Sistema neuroendocrino:
Niveles alterados de cortisol o serotonina pueden influir en la agresividad.
4. Análisis social y de desarrollo futuro
Transformación social y aparente normalización: Que el niño se convierta en abogado y político no elimina la posibilidad de que conserve rasgos psicopáticos, pues estos individuos pueden ser socialmente exitosos y manipuladores.
Consecuencias en la adultez y vida pública:
Podría mostrar tendencias manipuladoras, falta de ética y uso del poder para beneficio propio.
Riesgo de corrupción, abuso de autoridad o prácticas dañinas encubiertas.
Dificultad para establecer relaciones auténticas y de confianza.
Perfil posible de político con antecedentes psicopáticos:
Carisma superficial para ganar seguidores.
Frialdad emocional ante problemas humanos.
Desprecio por normas morales si chocan con sus objetivos.
Habilidad para mentir y manipular sin remordimiento.
Escándalos / denuncias
Este sujeto, al contar y alardear de haber cometido un acto tan cruel y violento con un animal —además con la frase de que “los protectores de animales no le pueden hacer nada”— está revelando mucho sobre su estado interior, su personalidad y su forma de relacionarse con el mundo.
1. Falta de empatía y remordimiento
Alardea de un acto cruel sin mostrar arrepentimiento ni reconocimiento del daño causado.
Esto refleja: Una carencia profunda de empatía, es decir, incapacidad para ponerse en el lugar del otro, sea animal o humano.
Ausencia de conciencia moral: no siente culpa ni responsabilidad por el sufrimiento que causó.
2. Búsqueda de poder y provocación
La frase “los protectores de animales no le pueden hacer nada” es un desafío directo a la autoridad moral y social, lo que indica:
- Deseo de demostrar superioridad o impunidad.
- Posible tendencia a la provocación y a sentirse por encima de las normas sociales o legales.
- Un ego inflado y necesidad de controlar o intimidar.
3. Orgullo por conductas antisociales
El alardear de una conducta socialmente reprobada indica:
- Rechazo consciente o inconsciente de las normas sociales y éticas.
- Posible identificación con una imagen de “rebeldía extrema” o “intocable”.
- Rasgos narcisistas que buscan admiración o temor.
4. Desprecio por la sensibilidad social y comunitaria
Desvalorizar la labor de protectores de animales, que representan la defensa de lo vulnerable, muestra:
- Actitud de desprecio hacia grupos que defienden derechos o valores colectivos.
- Posible tendencia a deshumanizar o minimizar causas que no le benefician.
5. Indicativo de psicopatía o trastorno antisocial
Este comportamiento y discurso público puede indicar:
- Rasgos psicopáticos: manipulación, falta de culpa, egocentrismo.
- Potencial para conductas peligrosas o irresponsables que no le importan consecuencias para otros.
6. Consecuencias sociales y éticas
Al mostrar abiertamente este tipo de actitudes, pone en evidencia una personalidad tóxica y conflictiva.
Esta persona probablemente no actúa desde la ética ni la responsabilidad social, sino desde intereses personales o búsqueda de poder.
La sociedad debería tomar este tipo de declaraciones como señales de alerta y cuestionar la idoneidad ética y moral de esta persona, especialmente si busca cargos públicos.
CONCLUSIÓN
Al contar y jactarse de ese hecho cruel y desafiar a la sociedad protectora de animales, esta persona revela que posee un perfil caracterizado por falta de empatía, orgullo en conductas antisociales, deseo de poder e impunidad, y posiblemente rasgos psicopáticos o narcisistas que la alejan de valores éticos y sociales.
El señor Abelardo De La Espriella no ha hecho más que mostrar un desprecio absoluto hacia la sociedad colombiana, nuestra cultura, nuestras creencias y todo lo que representa nuestro país. Es lamentable que alguien con tan poco respeto y tan marcada arrogancia crea que “tener estilo” consiste en jactarse de comportamientos extremos, claramente producto de una infancia llena de carencias emocionales, rechazo y una total falta de control sobre su propia personalidad. Por sentido común y dignidad, nadie debería siquiera considerar votar por un individuo así.
CALIFICACIÓN PARA ABELARDO DE LA ESPRIELLA POR SDG
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